No hay más que pagar 900 euros y zás. En el momento que menos lo espere, unos tipos le abordarán por la espalda y, sin mediar palabra, le meterán en el maletero de un coche y se lo llevarán con rumbo desconocido. A partir de ese momento será usted un secuestrado.
La idea se le ocurrió hace unos meses a Georges Cexus, vecino de la localidad francesa de Besançon. Cexus, que también regenta una empresa dedicada a la llamada 'conserjería de lujo', ha creado Ultime-Réalité, especializada en secuestros, persecuciones y caza de hombres. «La idea -explica el empresario- me la dio un cliente chino que me pidió algo que se saliera de lo común, algo que le provocara sensaciones fuertes».
Así que le preparó un secuestro. Parecería una broma de mal gusto si no fuera real. Siete trabajadores franceses permanecen secuestrados ahora mismo en Níger. La memoria conserva también bien fresco el recuerdo de los seis años de cautiverio pasados por la política colombiana (y con nacionalidad francesa) Íngrid Betancourt. ¿Y qué decir de lo que significa la palabra secuestro en el País Vasco?Pero 'hay gente pa tó', como dijo Rafael 'el Gallo'.
«Para aquellos que pueden acceder a todos los objetos materiales que desean, una experiencia de lujo podría ser un secuestro. Esto es real y está de moda en Francia: las víctimas pagan por ser secuestradas. Son atadas, amordazadas y encarceladas, de modo que pueden experimentar el terror», apunta Reiner Evers, un especialista en mercadotecnia que investiga las motivaciones de compra de los consumidores.
«Seguimos al cliente durante días. En el momento oportuno, en la calle o en cualquier otro sitio, le secuestramos y le metemos a la fuerza en el maletero de un coche... el resto sucederá en el sótano de una casa alquilada donde el cliente sufrirá todas las presiones y amenazas psicológicas de un secuestro», airea Cexus. «Pero todo está controlado hasta el último detalle, con minuciosidad militar, para que no haya errores», subraya el gerente de Ultime Réalité.
Y todo es legal. Antes de ser secuestrado, el cliente firma un documento en el que autoriza la experiencia y el maltrato al que va a ser sometido por sus secuestradores. El futuro cautivo deberá presentar también un certificado médico de buena salud.
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